Masacres en Siria y acción directa
Ocurrió hace treinta años, en la ciudad de Hama, en Siria… El 2 de febrero de 1982, la población respondió a los llamados a la insurrección contra los que detentaban el poder, contra la miseria y la represión. Los insurrectos, a los que se unieron 150 oficiales del ejército, se apoderaron del control de la ciudad, destruyeron los centros de represión, ejecutaron a más de 300 mercenarios del régimen, como a una primera unidad de paracaidistas que enviaron para sofocar la revuelta. El Estado replicó asediando y bombardeando, con artillería pesada, la ciudad durante 27 días; también usaron gas cianuro.
El asalto final se produjo en lo que nos recuerda la «semana sangrienta» parisina, donde los últimos estallidos de resistencia proletaria están a la altura del terror estatal.
Durante ese asalto final, chicas «kamikaces» atacan carros blindados y soldados que rastrean los barrios casa a casa. La represión es terrible; el baño de sangre total: se estiman entre 25.000 y 50.000 el número de víctimas. Estos hechos son poco o nada resaltados en la prensa y no levantan ninguna indignación fuera de Siria, sobre todo porque la tesis del complot islamista se utiliza para ocultar la naturaleza social de las luchas, como todas las de nuestra clase.
Este levantamiento no llovió del cielo: huelgas, manifestaciones, sabotajes, disturbios, atentados con bombas, ejecuciones de oficiales del ejército y de cuadros dirigentes del régimen baasista, motines en las cárceles, incontables masacres, desde hace meses, años, se suceden importantes enfrentamientos en Siria.
Cada vez más, el país se sitúa en el centro de una región a fuego y sangre, donde las luchas de nuestra clase se mezclan con los conflictos entre las diversas fracciones burguesas: recordemos la guerra del Líbano, en 1982, así como de la sangrienta represión en los campos de refugiados «palestinos» donde los proletarios son masacrados tanto por el ejército israelí como por las diversas milicias, si no es directamente por los milicos de la OLP y de la «liberación nacional»; recordemos la «revolución iraní» de 1977 a 1979, y su transformación en una guerra interburguesa entre Irán e Irak, que provocó un millón de muertos en ocho años; recordemos asimismo las luchas contra esa guerra, los sabotajes, el derrotismo revolucionario, los regimientos armados de los ejércitos de los dos países beligerantes que desertan de sus respectivos bandos para unirse y tomar medidas contra sus propia burguesía, contra los dos Estados; recordemos la ola de luchas proletarias que barrió Egipto en 1977; recordemos… Continue reading →