Indymedia e' un collettivo di organizzazioni, centri sociali, radio, media, giornalisti, videomaker che offre una copertura degli eventi italiani indipendente dall'informazione istituzionale e commerciale e dalle organizzazioni politiche.
toolbar di navigazione
toolbar di navigazione home | chi siamo · contatti · aiuto · partecipa | pubblica | agenda · forum · newswire · archivi | cerca · traduzioni · xml | classic toolbar di navigazione old style toolbarr di navigazione old style toolbarr di navigazione Versione solo testo toolbar di navigazione
Campagne

CD GE2001 - un'idea di Supporto Legale per raccogliere fondi sufficienti a finanziare la Segreteria Legale del Genoa Legal Forum


IMC Italia
Ultime features in categoria
[biowar] La sindrome di Quirra
[sardegna] Ripensare Indymedia
[lombardia] AgainstTheirPeace
[lombardia] ((( i )))
[lombardia] Sentenza 11 Marzo
[calabria] Processo al Sud Ribelle
[guerreglobali] Raid israeliani su Gaza
[guerreglobali] Barricate e morte a Oaxaca
[roma] Superwalter
[napoli] repressione a Benevento
[piemunt] Rbo cambia sede
[economie] il sangue di roma
Archivio completo delle feature »
toolbarr di navigazione
IMC Locali
Abruzzo
Bologna
Calabria
Genova
Lombardia
Napoli
Nordest
Puglia
Roma
Sardegna
Sicilia
Piemonte
Toscana
Umbria
toolbar di navigazione
Categorie
Antifa
Antimafie
Antipro
Culture
Carcere
Dicono di noi
Diritti digitali
Ecologie
Economie/Lavoro
Guerre globali
Mediascape
Migranti/Cittadinanza
Repressione/Controllo
Saperi/Filosofie
Sex & Gender
Psiche
toolbar di navigazione
Dossier
Sicurezza e privacy in rete
Euskadi: le liberta' negate
Antenna Sicilia: di chi e' l'informazione
Diritti Umani in Pakistan
CPT - Storie di un lager
Antifa - destra romana
Scarceranda
Tecniche di disinformazione
Palestina
Argentina
Karachaganak
La sindrome di Quirra
toolbar di navigazione
Autoproduzioni

Video
Radio
Print
Strumenti

Network

www.indymedia.org

Projects
oceania
print
radio
satellite tv
video

Africa
ambazonia
canarias
estrecho / madiaq
nigeria
south africa

Canada
alberta
hamilton
maritimes
montreal
ontario
ottawa
quebec
thunder bay
vancouver
victoria
windsor
winnipeg

East Asia
japan
manila
qc

Europe
andorra
antwerp
athens
austria
barcelona
belgium
belgrade
bristol
croatia
cyprus
estrecho / madiaq
euskal herria
galiza
germany
hungary
ireland
istanbul
italy
la plana
liege
lille
madrid
nantes
netherlands
nice
norway
oost-vlaanderen
paris
poland
portugal
prague
russia
sweden
switzerland
thessaloniki
united kingdom
west vlaanderen

Latin America
argentina
bolivia
brasil
chiapas
chile
colombia
ecuador
mexico
peru
puerto rico
qollasuyu
rosario
sonora
tijuana
uruguay

Oceania
adelaide
aotearoa
brisbane
jakarta
manila
melbourne
perth
qc
sydney

South Asia
india
mumbai

United States
arizona
arkansas
atlanta
austin
baltimore
boston
buffalo
charlottesville
chicago
cleveland
colorado
danbury, ct
dc
hawaii
houston
idaho
ithaca
la
madison
maine
michigan
milwaukee
minneapolis/st. paul
new hampshire
new jersey
new mexico
new orleans
north carolina
north texas
ny capital
nyc
oklahoma
philadelphia
pittsburgh
portland
richmond
rochester
rogue valley
san diego
san francisco
san francisco bay area
santa cruz, ca
seattle
st louis
tallahassee-red hills
tennessee
urbana-champaign
utah
vermont
western mass

West Asia
beirut
israel
palestine

Process
discussion
fbi/legal updates
indymedia faq
mailing lists
process & imc docs
tech
volunteer
Carta a Mi Padre
by Moir Francisco Mosquera Monday, Jul. 17, 2006 at 2:43 PM mail: auditorio@moirfranciscomosquera.org

XII Aniversario Francisco Mosquera, su pensamiento será nuestra guía.

Carta a Mi Padre

En 1961, a la edad de 20 años, siendo estudiante de derecho de la Universidad Nacional, Pacho le dirige este mensaje a su padre, Francisco Mosquera Gómez.

Querido padre mío:

Hoy es tu día, inútilmente, porque, para el afecto de tus hijos, cada uno de los de tu noble existencia será el más grandioso para haceros llegar, a ti y a tu adorable esposa y madre nuestra, las demostraciones imperecederas de nuestro cariño. Pero admitamos las fechas convencionales de los hombres. Y así como señalamos un día especial para la patria, dediquemos también, y con justicia, uno especial para aquellos seres que, como tú, son los forjadores de la sociedad y los directos responsables de su destino; y que sea él la mejor ocasión para dialogar sobre las fuerzas caracterizadoras de nuestras vidas.

No nos perdamos en los razonamientos que defienden la veracidad de la máxima anterior, y contentémonos con afirmar que de los alcances de una sólida educación moralizadora, sostenida en todo momento desde el hogar, dependen los perfiles preponderantes de los pueblos.

Me duele saber de la condición miserable del pueblo colombiano. Pero me aferro al convencimiento de que su redención palpita aún -y será voluntad para imponerla -en esas viejísimas enseñanzas legadas con sabor de deber por los padres de los hogares humildes.

Contemplemos tu obra maestra. Fundiste tu suerte con la amorosa compañía de una santa; y has educado hijos de los que la patria recibirá grandes favores. ¡Cómo hasta yo mismo envidio la armonía de tu hogar! Y a pesar de las atribulaciones que te depara diariamente la lucha por la vida, sé que te invade la paz de la satisfacción de quienes nunca fueron un fracaso para su más grande fin. Continúo pensando que hemos recibido con la pobreza el mejor de todos los ambientes. Gracias a ella hoy podremos deciros, sin temor a equivocarnos, que todo cuanto somos y cuanto llegaremos a valer vuestros hijos os lo debemos a vosotros, y a nadie más que a vosotros. Gracias a ella te hemos visto como un león defendiendo la integridad de nuestras vidas, y contamos hoy con muchas razones para amarte más. Gracias a ella estaremos siempre unidos para defendernos más. Gracias a ella ese empeño de triunfo de tus hijos hace parte de nuestra definición natural. Gracias a ella, y bendita sea, yo, en particular, hallé qué hacer con esta existencia que me diste, porque me colocó en contacto directo con la cruda realidad de los colombianos y me impuso una misión. ¡Con cuánta honradez tu hija es el encanto de quienes la rodean! Y hasta Gerardito aprendió ya a caminar con la frente en alto. Y Hernando, me imagino, no llegará a ser un médico simplemente, porque va comprendiendo que son tantas las enfermedades que su sola terapéutica sería inútil. Padre, te felicito, porque tienes mucho que enseñar y nunca supiste la lección de los vencidos. Tus amigos te han de ver con respeto, y a tu alrededor se levanta una torre de marfil, que es el único sitio de esperanza de tus familiares.

Ayer no más, recuerdo cuando, junto con mis compañeros de mis primeros años de colegio íbamos a iniciar una excursión por el oriente de Boyacá, tú me ofreciste el dinero necesario para el viaje, con la única condición de traerte una relación escrita de cuanto observara y de las impresiones e investigaciones del paseo. Haciendo honor a la verdad, no te obedecí; seguramente no fui capaz de escribir dos palabras sobre tan interesante tema. Te preocupabas entonces porque me afanara en el cultivo de las letras. Antes de formalizar contrato con Vanguardia Liberal, fuiste tú quien de la mano me llevaste hasta los linotipos. Te he visto radiante con mis pequeños triunfos y pensativo cuando sabías y sabes de mis problemas. Me has dado pruebas de tu confianza sin límites hacia mí; y no te asalta el temor de que las vaguedades de la vida me entretengan en el camino de mi formación. Hoy comprendes la proyección admonitoria de mí vida. Y te digo que me he posesionado con sin igual pasión de mi cometido que no me pertenezco. Mi juventud, si a eso se le puede llamar juventud, está condenada a los cuartos silenciosos de las bibliotecas. Por ahora no deseo cosa distinta de estudiar, atollarme de conocimientos, adquirir las cualidades de un estilo fácil con la pluma, y violento, convincente y elocuente en la oratoria.

Abrigué en un tiempo la ilusión de ser un parlamentario magistral. Soñaba con que la república mirara hacia la curul que el pueblo me hubiese designado. Pero ese camino de un Gabriel Turbay, por ejemplo, y hasta de un Miguel Antonio Caro ya son de herradura para el pueblo colombiano. He perdido la fe en las instituciones católicas y legalistas, hoy corrompidas e inoperantes. A veces creo que no tenemos otro medio diferente a aquel que dice mucho de leyenda Comunera. Y los partidos políticos hoy por hoy no son sino ropajes roídos para disfrazar los bandos del pueblo dividido y fanatizado. Carecen ambos de idearios, y en ellos triunfa no la capacidad conductora del hombre, sino la mayor flexibilidad de la columna vertebral.

Esta generación mía hará la revolución. Es un proceso histórico que nos tocó en suerte copar a nosotros, paradójicamente los hijos de la violencia y el sectarismo colombianos; y nos uniremos y seremos hermanos para desconocer unos y otros los mediocres dirigentes de la hora. Padre, a cerca de siglo y cuarto de la muerte de Bolívar, Colombia sigue huérfana de libertadores. Nadie ha escrito la última palabra de nuestra historia. La inicia Colón con el maravilloso episodio del Descubrimiento, se introduce en el Continente con las penalidades de la Conquista, echa hondas raíces con las irregularidades e injusticias de la colonia, adquiere vida propia con la gesta patriótica de la independencia, sufre tristísimas experiencias con la frustración de la República y... la historia continuará con un sexto capítulo que indudablemente corresponde a la revolución. Colombia fallece desde los púlpitos de las iglesias hasta las curules del Capitolio Nacional; desde los fusiles desganados de nuestros soldados hasta las cuentas fabulosas de los opulentos; desde las manos pedigüeñas de los niños mendicantes hasta los cuerpos esculturales de las reinas de los clubes; desde los Llanos hasta el Atrato; desde La Guajira hasta Nariño... Nos morimos, no obstante los cálculos optimistas de nuestro presidente. La educación ha sido descuidada, por esa medida precautelativa para evitar que de un momento a otro surja el hombre. Ya no es tranquila la siesta de la oligarquía; y como pesadilla de medianoche cada una de las palabras de Anarkos de Valencia resuena en sus conciencias. Está fallando el Frente Nacional. Y se contagian del mismo sectarismo que ellos inventaron para envenenar el pueblo. Ahí está López, el hijo del grande, disintiendo; Gómez no quiere transigir; El Tiempo se quitó la careta liberal para recibir la piedra de los manifestantes cotidianos; el "Chiquito" Lleras ya no publica fotografías de sus giras políticas, y no quieren entenderse, desconociendo los sabios consejos de los poderosos del Norte. El clima es propicio, el pueblo está de punto, y hasta presiento al capitán que falta. ¡Seré un frustrado, y que sobre mi lápida no me coloquen nombre alguno, si antes de cerrar mis ojos definitivamente, no contemplo en un cielo nuevo la aureola de nuestra Revolución! Te ofrezco, padre mío, como complemento de tu felicidad, esta tremenda convicción mía de hacer la Revolución Colombiana. Admito que poco es lo que me preocupo por vosotros, pero vivo únicamente para dejar atrapado el apellido que me diste en la telaraña de la historia.

¡Yo no capitularé como Berbeo sobre el libro sagrado de Caballero y Góngora, porque inmenso es mi odio y mi asco hacia ellos! ¡Yo no creeré como Gaitán en la generosidad de los enemigos del pueblo, porque hace tiempo que desconfío de los resultados de las urnas en manos de los concubinos de la democracia! Yo no beberé como Sócrates la cicuta, porque yo no respetaré sus leyes, como ellos tampoco respetan la castidad de nuestras mujeres campesinas. Yo no descansaré un solo instante (aquí se me dañó la máquina, perdona que continúe a mano) en la lucha, porque el llanto de los niños hambrientos no me deja conciliar el sueño. Yo no tendré piedad hacia ellos, porque ellos no la han tenido nunca con mi pueblo. Yo no daré mi cabeza a las hachuelas que silenciaron los reclamos sociales de Uribe Uribe, porque usaré sus mismos métodos y aprenderé su idioma.

Solamente un hombre así, con tales consignas, podrá ganarse el respaldo de los colombianos, tantas veces engañados y desviados de su destino histórico.

Padre mío: continuemos igual, identificados en nuestro sentir. Cada uno de nosotros con apoyo moral de todos, y haciendo más ejemplares nuestros actos.

Esta carta es como el bautizo espiritual que requería mi alma hace rato. Empiezo con ella otra etapa de mi vida, la definitiva, sabiendo que he llegado a tu corazón con un mensaje de amor y rebeldía.

Tu hijo,
Francisco Mosquera

Bogotá, junio 18 de 1961.

versione stampabile | invia ad un amico | aggiungi un commento | apri un dibattito sul forum
©opyright :: Independent Media Center
Tutti i materiali presenti sul sito sono distribuiti sotto Creative Commons Attribution-ShareAlike 2.0.
All content is under Creative Commons Attribution-ShareAlike 2.0 .
.: Disclaimer :.

Questo sito gira su SF-Active 0.9