Califato y barbarie: ¿la lucha final?

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Como hacemos regularmente con textos de los cuales no necesariamente reivindicamos la totalidad de los contenidos, ni obligatoriamente la dinámica militante o el cuerpo programático de sus autores (ya sean colectivos o individuos), reproducimos (por el momento solo en francés) en nuestro blog el nuevo artículo de Tristán Leoni sobre el Estado islámico y el conflicto sirio-iraquí, publicado originalmente en el blog DDT21 Douter de tout… | Douter de tout… pour tenir l’essentiel [DDT21 Dudar de todo… | Dudar de todo… para mantener lo esencial].

Creemos que este artículo, a pesar de su forma un tanto “académica” y su estilo “objetivista” (con múltiples referencias periodísticas que se supone le dan un barniz de “seriedad”), compila y sintetiza toda una serie de información y lecturas importantes, y también es de gran relevancia para muchas discusiones militantes a nivel internacional sobre las evoluciones de estos últimos años del frente político-militar de la “guerra civil en Siria” y la muy mediática “guerra contra el terror” y “contra el Estado Islámico” en particular.

Por el momento, no tenemos ni la fuerza, ni el tiempo, ni la energía militante para traducir el texto completo al inglés, al checo o al español (por ejemplo), pero no obstante queremos afirmar aquí nuestro tenaz deseo de centralizar cualquier iniciativa proveniente de camaradas capaces de llevar a cabo esta tarea de traducción en estos u otros idiomas. Por lo tanto, lanzamos un llamamiento y también ya proponemos la traducción a varios idiomas de un pequeño extracto de este texto, centrándonos más específicamente en los críticos de las ilusiones con respecto a la llamada “Revolución de Rojava” y sus estructuras político-militares siempre más fuertemente integradas en sistemas militares estatales: armas suministradas por los EE. UU., coordinación de campañas militares con los EE. UU., Rusia y Siria, construcción de bases militares estadounidenses, presencia de tropas de las fuerzas especiales occidentales dentro de la coordinación de las milicias rojavistas, etc.

El artículo fue publicado originalmente en francés en la siguiente dirección:
https://ddt21.noblogs.org/?page_id=1906

El artículo también está disponible en francés en formato PDF A4:
https://ddt21.noblogs.org/files/2017/12/Califat-et-barbarie-La-Lutte-finale.pdf

Los tres artículos anteriores en francés de la serie “Califato y barbarie” están disponibles en las siguientes direcciones:

“Califato y barbarie” primera parte (diciembre de 2015):
https://ddt21.noblogs.org/?page_id=667

“Califato y barbarie” segunda parte (diciembre de 2015):
https://ddt21.noblogs.org/?page_id=728

“Califato y barbarie: Esperando a Raqqa” (julio de 2016):
https://ddt21.noblogs.org/?page_id=1030

En los círculos occidentales de extrema izquierda, incluso los últimos admiradores de la “utopía libertaria” de Rojava deben reconocer “el aspecto estatal” de esta “experiencia”, sus “instituciones protoestatales”, el peso del PYD, el servicio militar obligatorio, el culto al líder, el respeto por la propiedad privada, etc. A pesar de todo esperan que con el tiempo la situación se desarrolle positivamente. Mientras tanto, hay muchas conversaciones sobre estas comunas que el PYD establece en pueblos y ciudades. Sin embargo, lejos de los consejos obreros, son principalmente consejos de vecinos con poderes consultivos y limitados, y con el papel de mediadores judiciales de primera instancia. El resto del funcionamiento político y administrativo, que parece ser muy burocrático, está inspirado en las instituciones democráticas occidentales, lo cual, es cierto, es una novedad en Siria.

El régimen en el poder en Rojava también anuncia una “voluntad de defender una forma de organización de la sociedad que respete la igualdad de género y la diversidad lingüística” y “una sociedad fraterna, democrática, ecológica y emancipadora para todos sin distinción de género, etnia o creencias”. Esto es muy bueno, como lo es para el establecimiento de la igualdad de género en todas las áreas. ¿Pero no es un poco exagerado llamar a estos principios “revolucionarios”? Y cuando se dice “para las sociedades patriarcales”, ¿debemos entender “para estas personas”? Porque no vemos muy bien cómo los “revolucionarios” tendrían que apoyar y alabar tal proceso, a menos que se crea, en un impulso inverso orientalista, que es muy bueno para ellos, o pensar (tal vez como consecuencia de recientes descubrimientos teóricos) que el establecimiento de una democracia parlamentaria, basada en el modelo occidental, es ahora un paso indispensable para una futura revolución social.

Si fue posible equivocarse en 2014, es incomprensible que en 2017 algunas personas descubran en Rojava una experiencia “revolucionaria”, “libertaria” o incluso “autogestionaria”. No volveremos a eso. La palabra “revolución” ha sido ampliamente usada en el lenguaje cotidiano, hasta el punto de no tener ningún significado político preciso. Parece que ahora está sucediendo lo mismo en los círculos de extrema izquierda o anarquistas, donde esta palabra es cada vez más sinónimo de evolución hacia más democracia. Además de perder batallas, si perdemos palabras, es la propia utopía la que se debilita.

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